20 de Enero, 2008
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Cotidiano |
Abrió la puerta de la alacena y como vió que estaba vacía tiró tres huevos que tenía bajo la cama en la sartén. ¿O en "el" sartén? (siempre me generó duda el sexo de la/el sartén, pero como nunca se me dió por preguntar o buscar en algún diccionario la/lo considero como un objeto hermafrodita). ¿Dónde estábamos? Ah, sí, en los huevos. Bueno, tiró los huevos allí, se miró los pies, encendió la tele basura, se pintó las uñas, se puso el traje de astronauta, puso un disco de Pablo Ruiz, se volvió a mirar los pies y se subió al tranvia que para en el dormitorio del fondo. Luego pensó en hacerse la paja pero le cae muy mal en ayunas, entonces charló un rato con la vecina de enfrente que había cagado fruta hace más de dos años, nuevamente se miró los pies, se comió los huevos fritos y se fue al cine a ver la última de James Bond. |
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publicado por
dp a las 23:45 · Sin comentarios
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Al margen |
Dicotomía Incruenta |
Siempre llega mi mano más tarde que otra mano que se mezcla a la mía y forman una mano. Cuando voy a sentarme advierto que mi cuerpo se sienta en otro cuerpo que acaba de sentarse adonde yo me siento. Y en el preciso instante de entrar en una casa, descubro que ya estaba antes de haber llegado. Por eso es muy posible que no asista a mi entierro, y que mientras me rieguen de lugares comunes, ya me encuentre en la tumba, vestido de esqueleto, bostezando los tópicos y los llantos fingidos. Oliverio Girondo |
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